lunes, 15 de agosto de 2011

Cada cinco años, diez mujeres son víctimas de un ritual milenario

“Doctor Emanuel Mason, caso 121.

10 de febrero de 2010:

Esta mañana recibí un correo electrónico de Raymond Petrov en el que me insistía en la obligación de viajar a Egipto con urgencia. Al negarme en primera instancia, me envío las fotos de las víctimas del caso y los datos sobre sus muertes. He decidido estudiarlo.

Después de lo que presencié en Francia pensé que ya no sería posible encontrarme nada peor. Me equivocaba .

El ritual que nos ocupa es investigado desde hace cuarenta años. Antes de esos cuarenta años no hay absolutamente nada documentado (Petrov me precisará la fecha. No hay indicios, ni implicados, absolutamente nada).

Cada cinco años, en algún lugar del mundo, desaparecen diez jóvenes mujeres de sobresaliente talento y de edades comprendidas entre veinte y treinta años. Al tercer día desde la primera desaparición, aparece muerta una de ellas y así una mujer cada amanecer durante nueve días. Cada joven es asesinada de una forma determinada, según el orden establecido, bajo un ritual limpio, exacto y perfecto.

La primera aparece degollada, atada por hombros, cintura, rodillas y tobillos al mástil de una barca, en algún lago o río, a la vista de todo el mundo. Va vestida con una túnica roja y una capa con capucha.

La segunda aparece viva, perdida entre la gente, sin signos de violencia, sin una gota de sangre. No puede hablar, no puede ver, no puede oír, su cuerpo se contrae y entume. Seguidamente entra en coma y muere. También lleva capa y túnica roja.

La tercera es hallada cortada en trozos formando una estrella de cinco puntas con su cuerpo, dentro de un círculo rojo con al menos un palmo de separación entre sus miembros. Cabeza, tronco, brazos y piernas. Está completamente desnuda.

La cuarta aparece carbonizada dentro de un aro de metal. Se da la suposición de que es quemada viva en un aro de fuego. Sin embargo, ocho centímetros en cada una de sus muñecas se muestran virginalmente protegidos de las llamas, ya que la piel en esa zona está absolutamente intacta.

La quinta, sin manos y sin ojos, muere desangrada. También viste túnica y capa roja.

La sexta es decapitada y colocada desnuda de costado, formando un círculo con su cuerpo. La cabeza, separada del resto del cuerpo, es el centro del círculo.

La séptima forma con su cuerpo una espiral exacta, de la cual la cabeza es el centro, como la sexta. Piernas, columna vertebral y cuello, rotos. También desnuda.

La octava es encontrada con ocho lanzas clavadas en línea recta en el abdomen, desde abajo del pecho y hasta la zona de la pelvis. El cuerpo está ligeramente arqueado en dirección opuesta a las lanzas. Desnuda.

La novena aparece exactamente igual que la primera, degollada, con su cuerpo atado al mástil de una barca, pero bocabajo.

La décima nunca se muestra.

Todos los cuerpos guardan en común la túnica o la capa roja (las que se presentan vestidas), señales en las muñecas de brazales o grilletes, y un símbolo grabado a fuego en la cadera (no muy apreciable en las fotos). No presentan abusos ni violencia de ningún tipo anterior a la muerte que no sea el grabado en la piel. Las raptan, las matan y las dejan, siempre al amanecer, en un lugar visible.

Petrov dice que tiene algo más para mí y estoy impaciente por que me lo muestre. Deducciones, ninguna clara. ¿Preguntas?, muchas. La principal, ¿dónde está la décima?, ¿porqué no la muestran muerta? Y si no la matan, ¿para qué la quieren viva?”


www.decimadocta.com

2 comentarios:

Babel dijo...

Uff, qué dramático y estremecedor.
He visto la publicidad de la novela en un blog y me ha atraído la sinopsis. Desde luego, este extracto es brutal. Si algún día pillo la novela, seguro que la leo. Parece una intriga de las que te atan al sofá ;o)
Besotes lectores.

Myriam Millán dijo...

Gracias Babel por tu comentario, a partor del 19 de Septiembre estaa a la venta. Si te decides a leerla, me encantaría conocer tus impresiones, ya que también eres amante del egipto antiguo.
Saludos