11 de febrero de 2010:
Llevo toda la noche estudiando el libro y con solo una visualización he podido apreciar que es un manual de último nivel de la orden, con lo cual es el que menos aclara de todos, porque todo lo que se debe saber ya está aprendido. Y el conocimiento exclusivo de la élite se aprende en el ritual, no mediante escritos.
Mi prioridad ahora es comprender a Nellifer, quién era realmente y qué querían de ella. ¿Lo que poseía era tan importante como para pasar más de cuatro mil quinientos años buscándolo?
No son asesinos en serie, ni mentes perturbadas. Solo una fuerte creencia puede explicar que un grupo (por lo que se ve bastante numeroso y bien organizado) cometa atrocidades durante tantos siglos. Ni siquiera se plantean si está bien o no, lo que hacen es parte de su culto, es así y no puede ser de otra manera. Para ellos es tan normal como un cambio de estación, solo que ocurre cada cinco años.
En cuanto a que ellas acepten la muerte sin lucha, difiero. En los rituales de sacrificios mayas, las mujeres aceptaban su destino, pero se preparaban para ello quizás durante años, y tenían una creencia de la muerte muy distinta a la que tenemos hoy. Las elegidas de hoy no tienen la misma visión de la muerte que la de las mujeres mayas, ni mucho menos la que tuvieron las primeras diez egipcias. No pueden aceptar su muerte con tanta pasividad.
La diferencia de concepto es simple, morir no producía miedo en el antiguo Egipto. Y ellos lo comprobarían cuando mataron a las dos primeras. Por eso cambiaron la forma de matar.
El miedo al dolor físico es algo que siempre ha atemorizado al ser humano. Más que la propia muerte. En las cazas de brujas, los inocentes confesaban pactos demoniacos y relaciones con el diablo, lo cual conllevaba la muerte directa, que es mejor que una tortura continua.
Para los egipcios, la muerte consistía en cruzar hacia una vida eterna, donde sus dioses les esperaban al otro lado. Un egipcio estaba preparado para morir. Pero si habláramos del sufrimiento físico, no muchas creencias son tan fuertes como para resistir una tortura. En mi vida he estudiado algunas sectas, en las cuales sus adeptos o líderes se mostraban voluntarios, incluso animaban al resto para que cometieran atrocidades con él, atrocidades difíciles de imaginar para ningún ser humano. Sin embargo, no ponían resistencia a la barbarie. La creencia mental podía con el sufrimiento físico.
En este ritual se encrudecen los sacrificios a partir de la tercera mujer. Según las autopsias, a las terceras se les empieza cortando los brazos por las axilas, luego las piernas a la altura de las ingles y, por último, la cabeza, con un tiempo de espera entre extremidades de cinco minutos, lo cual suman veinte minutos de dolor extremo (si no pierde el conocimiento antes). Luego nombran a la siguiente en morir (veinticuatro horas de desesperación), que para la creencia de un egipcio sería un regalo, dar la oportunidad de prepararse para el reencuentro con sus dioses.
El secreto de las diez primeras era tan importante para ellas como para soportar una tortura guardándolo, y tan importante para ellos como para no matar a la última. Si la décima moría nunca lo encontrarían.
Este libro no aclara mucho más, describe el ritual tal y como hay que hacerlo. Se definen tres grupos dentro de la orden, los que las raptan (Guardianes), los que las preparan (Protectores) y los que las matan (Creadores), aunque no dice nada de cómo hacen para que la muchacha no se resista (insisto en ese punto).
Supongo que es a lo que ellos llaman “prepararlas”. Una vez que han raptado a las diez, las preparan, que se podría traducir en detallarles por qué van a morir de una forma tan horrible (ese porqué es el que yo necesito). Aunque nunca les dicen de qué forma morirán (se consideraría parte de la tortura).
Insisten en que el ritual no puede fallar, si el ritual falla todo acabaría. Evidentemente, si la policía los capturara y encerrara, todo acabaría. Al menos es lo que pensé. Pero no es así, no se refiere a ese tipo de fallo. Para perpetuar su orden, no todos lo “altos mandos” estarían presentes. Los altos mandos a los que me refiero, son dos maestros. Uno que preside el ritual, y otro anónimo para el resto de la orden, que permanece oculto (y que además sería el maestro principal.). Si el maestro que preside el ritual sufriera algún contratiempo sería el Gran Maestro anónimo el que designaría a otro. En cambio, si alguno de los dos maestros muere asesinado con el puñal de Nellifer (y ahora hablaré del puñal), esta persona sustituiría al maestro que mató. Es la única forma de sustituir al maestro oculto, matándolo (si se hace mayor o enferma, él mismo elige a la persona que lo mata y, por tanto, sustituye).
El puñal de Nellifer lo puede portar un Maestro cada cinco años, durante el ritual (el arma con que degüellan), o la Décima Docta (la última de las diez). No se describe el puñal. Decir que es de Nellifer es suficiente, con lo cual todos conocen su existencia.
Existe un capítulo llamado “La profecía”, pero han arrancado todas las páginas. Lo único que he podido concluir, de la parte que quedó en la costura del libro cuando arrancaron las hojas, es que el ritual los protege. ¿De quién? Es de notar que aún temen a Nellifer, pero ella murió hace miles de años. El libro habla de otro grupo, los Hijos de Nellifer, una hermandad a la que están enfrentados. Es a ellos a quien le muestran un sacrificio cada amanecer y de quien se protegen.
Quedan tres horas para volver al yacimiento con Stelle y tengo demasiadas preguntas para ella. Necesito saber lo que hay escrito en esa pared. Porque si mostraron en las ilustraciones del ritual las gotas de sangre con las que Nellifer escribió, quiere decir que lo que hay en esa pared es de suma importancia. Y además es lo único que tenemos de Nellifer para saber, al menos, quién era.
El templo del ritual está muy cerca de Gizeh. Sigo pensando que las personas que habitaban aquel lugar lo construyeron allí para observar qué ocurría en Gizeh. Si Stelle dice que en aquella época habría diez mil hombres construyendo la Gran Pirámide, entonces ellos querían ver la construcción de la Gran Pirámide. Soy bastante escéptico en cuanto a la forma de construcción (tal vez era eso lo que pretendían observar, lo cual lleva a pensar que no era el modo ordinario de construcción en Egipto), y aunque ayer Stelle me hiciera una aclaración al respecto como egiptóloga, pero también como soñadora del Egipto antiguo (tampoco sería una base), sigo recto en mi opinión.
Los elementos de este caso no tienen ninguna conexión aparente. Un ritual milenario, una orden numerosa, la pirámide de Keops, y una mujer llamada Nellifer son los únicos elementos que tengo para intentar parar una barbarie que quizás comience mañana. Hoy diez jóvenes no saben que mañana estarán en un zulo de diez metros cuadrados esperando en orden a la muerte. Y en vista a lo que tengo, y a las dimensiones del mundo, ya que el ritual puede ocurrir en cualquier lugar, lo más probable es que no pueda hacer nada por ellas.
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